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¿Qué es la mediumnidad?

Es la comunicación entre el mundo invisible e invisible, es un estado del ser, una sensibilidad muy fuerte a cada presencia, emociones, pensamientos, sentimientos… En realidad, todos llevamos la mediumnidad dentro, todos somos capaces de comunicarnos con nuestros difuntos, con nuestos guía.

Lo que nos orienta hacia la vocación de médium como profesión es una elección del alma, para ayudar a aquellos que lo desean a través de la mediumnidad.

Este estado está presente para muchos desde la infancia, para otros se abrirá tras un coma o una experiencia cercana a la muerte. También es una elección del alma cuando la partura de la mediumnidad se realiza de esta manera.

Ser médium no significa tener la verdad absoluta, leer todo sobre le otro sin su consentimiento, tener o tomar poder sobre el otro con el pretexto de que tenemos esta facultad.

Cuando deicidimos honrar esta vocación que nuestra alma ha elegido, aceptamos esta senisibilidad aumentada hacia todo lo que nos rodea, acoger nuestras emociones, comprenderlas, estar en perpetua evolución mientras acompañamos a las personas, estar conectados a algo más grande que nosotros mismos, conservando la humilidad de ser un ser humano como todos los demás porque todos somos seres divinos.

Por encima de todo, aceptamos ser un canal, es decir, transmitir la información que los guías, los difuntos, los animales pueden transmitirnos en forma de imágenes, palabras, sentimientos, que la persona que tenemos delante debe recibir aunque no siempre entendamos el significado, aunque la persona que recibe los mensajes no esté de acuerdo o aunque no resuene en su interior. La transmisión es correcta.

A veces, cuando tendemos a ceder demasiado nuestro poder personal y/o hacemos demasiadas veces la misma pregunta a nuestros guiás (acudiendo a varias personas diferentes para lo mismo, por ejemplo), es porque una parte de nosotros espera una respuesta muy precisa.

El médium que consultes no lo sabrá. se limitará a transmitirte lo que le digan, o a no transmitirte nada (esto puede ocurrir) : en eso constite ser médium. Transmitir mensajes del mundo invisible al mundo visibile (teniendo cuidado de estar conectado a la luz, por supuesto. Es la responsabilidad del médium y otros terapeutas en este campo ya que acoge su sensibilidad, sentirá si las energías que no corresponden a las que recibe habitualmente).

Usted, su responsabilidad, es SU PODER PERSONAL, el libre albedrío. Es importante tomar lo que le conviene y dejar el resto : USTED sabe mejor que nadie lo que es bueno y correcto para USTED. Los guías en sus mensajes te traerán confirmaciones, otro ángulo de vista sobre une situación, una iluminación en tu camino o un camino sin salida, y/o un mensaje muy preciso.

Si te cuesta confiar en ti mismo, a veces pueden desafiarte enviándote el mensaje contrario a lo que es correcto (o la realidad), para que recuperes tu poder personal y dependas sólo de ti mismo.

En su orientación, un psíquico o otro terapeuto querrá que recuperes y conserves tu poder personal.

Nadie tiene drecho a tomar el poder sobre ti con el pretexto de que tiene habilidades de médium o de otro tipo. Todos somos almas encarnadas que han venido a experimentar una vida terrenal : médiums y terrapeutas también.

¿Qué es la energía?

Todos estamos hechos de energía. Nos permite estar vivos y funcionar bien en nuestro cuerpo.

Está relacionada con nuestro emocional, mental, etérico y físico. Cuando trabajamos la energía, repercutimos en todos estos ámbitos. Por eso es importante que confíes en la persona a la que das permiso para trabajar tus energías.

Al exlorar este aspecto de nuestro ser, nos permitimos activar nuestra capacidad curativa.

Esto se consigue a través de la toma de conciencia. De hecho, nuestro estado mental y emocional tiene un gran impacto en nuestro estado.

Un tratamiento energético no sustituye a un tratamiento médico, ni a una consulta con un médico. Es una harramienta adicional para encontrar más rápidamente tu bienestar comprendiendo lo que ocurre en tu interior y siendo actor de tu vida.

«El tiempo no transforma al hombre, ni tampoco la sabiduría. Lo único que puede hacer cambiar a una persona es el amor.»